Take Responsibility
English version
Before I begin this article, I would like to highlight something of significance to me. This little, great space has helped me express what I write in a clear and responsible manner. I think about the people who will read my words and get to know my ways of working with children. To “assume responsibility” may sound a little like simply following the rules society has imposed on certain everyday paradigms, but it is really about children learning to assume responsibility for and among themselves, especially these small humans for whom their rates of growth are so overwhelming and fast.
A couple of weeks ago I attended a SEFEL (Social and Emotional Foundations for Early Learning) training to refresh my knowledge, and the group was working on critical issues such as: What will you say to tell a 2-year-old child that he needs to give back the thing he just took away from his friend because he wanted it for himself? He’s holding it in his hands and playing with it and does not want to share it. One participant commented: “Two-year-old children are not able to hear, let alone follow “the rules” given by the teachers, because they are too young to understand them.” I immediately felt the necessity to correct this comment and explain that it was mistaken, that what was said is not the case.
I had expected there would be further discussion about the topic, but there was no debate. Prior to there being the possibility of the workshop continuing, I asked to speak so the others would be able to know my opinion. My approach was brief and direct to avoid falling into a long explanation.
Children are a blank slate on which parents, teachers and the environment surrounding them “write” so the children can process the information. The children are trained to begin assimilating information presented to them from the moment of their gestation. Our work as parents and teachers is to offer information so that the children can work to assume responsibility for their actions from the stage of development they are in. In short, I am not able to tell a 2-year-old to give back an object he wishes to explore or play with because if I try to do so, the most probable outcome is for the child to say “No” and run away rather than hand over the object so he can continue playing with it himself rather than sharing it.
But, what if the story of this same child, in the same situation in the same act of taking the object from a friend were to include an adult who helps the child follow a path to solve the conflict?
Perhaps, as the adult you might say, to minimize the conflict: “Give back the object,” or more simply, “Neither of you can use it,” and you take it away to end the conflict they are fighting over. Then, what would you think, as an adult, you give both children the opportunity to decide together how, and in what way they could use the object? In response to the explanation I mentioned, the same workshop participant responded, “Children 2-years old would not understand and they would repeat the same action over and over again.”
I responded: “The most probable is that it would happen repeatedly, and the reason is simple and is due to these children’s current stage of development, “egocentric,” in which everything a child sees in his environment belongs to himself.
But if you as an adult, are emphatic and reinforce these opportunities for them to take responsibility to express their thoughts and feelings, the moment will arrive when their stage of development allows them to “get it” and learn how to negotiate and take responsibility in the face of the everyday events that will occur throughout their lives.
Asume la Responsabilidad
Spanish version
Antes de comenzar este artículo, me gustaría resaltar algo significativo para mí. Este pequeño gran espacio me ha ayudado a expresarme de manera clara y responsable sobre lo que escribo, pensar en las personas que lo leerán y conocer un poco mi forma de trabajar con niños. Asumir responsabilidad suena de alguna manera a seguir reglas que la sociedad ha impuesto a ciertos paradigmas cotidianos. Pero de lo que se trata en realidad es de asumir responsabilidad entre los niños, especialmente entre esos pequeños seres humanos que están creciendo de manera abrumadora y rápida.
Hace un par de semanas asistí a una capacitación del SEFEL para refrescar mis conocimientos, y en el grupo se trataron temas críticos como: ¿Cómo le vas a decir a un niño de dos años que devuelva el material que le quitó a su amigo porque quiere tenerlo? Lo tiene en sus manos, juega con el material y no quiere compartir.
Un asistente comentó: “Los niños de dos años no pueden escuchar ni seguir “las reglas” dadas por los maestros porque son demasiado pequeños para entenderlas”. Inmediatamente sentí la necesidad de corregir ese comentario y explicarle que estaba equivocado, lo cual no es el caso.
Esperaba que el tema fuera objeto de conversación, pero no hubo debate. Antes de que hubiera posibilidad de continuar con el taller, pedí hablar y poder dar a conocer mi opinión. Mi enfoque fue breve y directo para evitar caer en una explicación larga.
Los niños están en una tabla en blanco donde los padres, los maestros y el entorno que los rodea escriben en esa mesa para que puedan procesar esta información. Los niños están entrenados para asimilar la información que se les brinda desde el momento de su gestación. Nuestro trabajo como padres y docentes es brindar esta información para que los niños puedan trabajar para asumir la responsabilidad de sus acciones desde su etapa de desarrollo. En definitiva, no puedo decirle a un niño de dos años que devuelva un material con el que quiere explorar y jugar porque si lo haces lo más probable es que diga que no y salga corriendo para no entregar ese material y seguir jugando. él mismo y no compartir.
Pero ¿y si ese mismo niño está en esa misma situación y en el mismo acto de quitarle ese material a su amigo, ya adulto, le ayuda a seguir un camino para solucionar este conflicto?
Quizás, como adulto, podrías decir para minimizar el conflicto: “Devuélvele el material,”‘o, más simplemente, “ninguno de los dos niños podrá utilizar este material, y se lo quitas para terminar el conflicto ya que están peleando por eso. Entonces, ¿qué te parece si tú, como adulto, le das a ambos niños la oportunidad de decidir juntos cómo y de qué manera pueden utilizar ese material? Ante la explicación que mencioné, este mismo adulto responde: “Los niños de dosaños no entenderán y repetirán la acción repetidamente”.
Le respondí: “Lo más probable es que pueda volver a pasar en varias ocasiones, y la razón es simple y se debe a la etapa de desarrollo en la que se encuentra este niño, que es egocéntrica, donde todo lo que le rodea le pertenece.
Pero si usted, como adulto, es enfático y refuerza esta oportunidad de asumir la responsabilidad de expresar sus pensamientos y sentimientos. Llegarán a un momento de su etapa de desarrollo en el que podrán encajar, aprendiendo a negociar y responsabilizarse ante los acontecimientos cotidianos que se les presentarán a los niños a lo largo de su vida.
This article is part of our Newsletter 2024 Issue 2. See all articles.